Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1999, fue la antigua capital de la isla de Tenerife y el primer ejemplo de ciudad no fortificada, construida según un plano de navegación inspirado en los antiguos mapas estelares del siglo XV. Un lugar perfecto para disfrutar de la riqueza de sus paisajes vírgenes envueltos por un clima suave y cálido. A continuación, le invitamos a pasear con nosotros a través de estas líneas por la exótica geografía de La Laguna.

Nuestro punto de partida es la plaza de El Adelantado. Un lugar enmarcado por árboles frondosos, donde el bullicio de la gente es constante, y donde los vendedores y los pequeños kioscos de prensa y bebidas dan un toque de color. El edificio más destacado es el Ayuntamiento, cuyo edificio se extiende por el por el conocido colegio de las Dominicas, donde se encuentra uno de los archivos históricos más importantes de España: el antiguo Cabildo del siglo XIX y la Casa del Corregidor.
Las antiguas calles le permitirán pasear entre palacetes, comercios y tascas siempre abarrotadas de gente joven (ya que es una ciudad universitaria). Si se detiene en la calle San Agustín, no se pierda la casa Linares y la casa Montañés, con reconocidos trabajos de carpintería artesanal. Imprescindible también es la visita a la casa Lercaro, ahora museo de Historia, con documentos y objetos artísticos que datan de los siglos XV al XIX.
Sin embargo, en La Laguna no es todo historia y recuerdos del pasado. La actualidad también está patente. Ejemplo de ello es la instalación de la sede central de uno de lo más vanguardistas centros de exploraciones del espacio de todo el mundo. Además, en el barrio de La Higuerita se encuentra el museo de la Ciencia y del Cosmos, equipado con un planetario y variadas máquinas interactivos que permiten, entre otras cosas, percibir los sonidos que escucha un feto, comunicarse con el espacio, atravesar un laberinto de espejos e incluso ver su propio esqueleto.
Además, este lugar le ofrece un hermoso entorno natural, presidido por el macizo de Anaga. Le aconsejamos que alquile un coche y suba por el monte de Las Mercedes al pico del Inglés, para disfrutar de unas visitas impresionantes. Una red de caminos, perfectamente acondicionados para pasear y hacer senderismo, le permite disfrutar de los bosques de laurisilva y sabinas, que forman un conjunto de una gran belleza, con áreas recreativas muy bien equipadas para hacer pic-nic. Todo ello además estará acompañado de minúsculos caseríos distribuidos por las laderas de impresionantes barrancos que llegan hasta el mar. Cuando decida emprender la bajada le aconsejamos que no se olvide el bañador, pues merece la pena detenerse para darse un baño en una de las piscinas naturales de lava más extensas de toda la isla, la de punta del Hidalgo, en un entorno adornado con roques donde las erupciones volcánicas han dado su propia imagen al paisaje.

Nuestro punto de partida es la plaza de El Adelantado. Un lugar enmarcado por árboles frondosos, donde el bullicio de la gente es constante, y donde los vendedores y los pequeños kioscos de prensa y bebidas dan un toque de color. El edificio más destacado es el Ayuntamiento, cuyo edificio se extiende por el por el conocido colegio de las Dominicas, donde se encuentra uno de los archivos históricos más importantes de España: el antiguo Cabildo del siglo XIX y la Casa del Corregidor.
Las antiguas calles le permitirán pasear entre palacetes, comercios y tascas siempre abarrotadas de gente joven (ya que es una ciudad universitaria). Si se detiene en la calle San Agustín, no se pierda la casa Linares y la casa Montañés, con reconocidos trabajos de carpintería artesanal. Imprescindible también es la visita a la casa Lercaro, ahora museo de Historia, con documentos y objetos artísticos que datan de los siglos XV al XIX.

Además, este lugar le ofrece un hermoso entorno natural, presidido por el macizo de Anaga. Le aconsejamos que alquile un coche y suba por el monte de Las Mercedes al pico del Inglés, para disfrutar de unas visitas impresionantes. Una red de caminos, perfectamente acondicionados para pasear y hacer senderismo, le permite disfrutar de los bosques de laurisilva y sabinas, que forman un conjunto de una gran belleza, con áreas recreativas muy bien equipadas para hacer pic-nic. Todo ello además estará acompañado de minúsculos caseríos distribuidos por las laderas de impresionantes barrancos que llegan hasta el mar. Cuando decida emprender la bajada le aconsejamos que no se olvide el bañador, pues merece la pena detenerse para darse un baño en una de las piscinas naturales de lava más extensas de toda la isla, la de punta del Hidalgo, en un entorno adornado con roques donde las erupciones volcánicas han dado su propia imagen al paisaje.
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